La defensa de los derechos de la infancia en Europa

Adélaïde Trousselard, Soujata Morin et Benoit Van Keirsbilck, 2011

La Convención sobre los Derechos del Niño tiene más de veinte años, y otros instrumentos de defensa de los derechos fundamentales de los niños son aún más antiguos.

Durante estos últimos años, los instrumentos a favor de un mejor respeto de los derechos del niño se han multiplicado, en tal grado que generan a veces confusión.

La mayoría de los textos (convenciones, pactos, recomendaciones, líneas directrices, normas mínimas…) prevén un mecanismo de aplicación y de control cuyo objetivo es asegurarse que los principios que contienen sean efectivos.

¡Y sin embargo!

Sin embargo, todos los días, los derechos de muchos niños siguen siendo totalmente ignorados, incluso (¿sobretodo?) por los que tienen la responsabilidad de aplicarlos, así como por los propios beneficiarios: los niños. No solo ignorados, sino mucho peor: conscientemente y masivamente violados.

La acusación es grave, somos conscientes de ello. Y sin embargo corresponde a la realidad de un número demasiado importante de niños.

Paralelamente a algunos hechos particularmente graves, a veces torpemente mediatizados, existen todas esas violaciones cotidianas que son generalmente poco visibles.

Los trabajadores sociales, y en particular los educadores de calle, son los testigos privilegiados de ese fenómeno (¿pero será realmente un privilegio?). Todos los días se encuentran con niños que deben sobrevivir en las calles, sin beneficiarse de un mínimo vital, que viven en alojamientos insalubres o sobrepoblados, que padecen violencia social y en particular de la policía (cuando el primer papel de las fuerzas del orden es el de proteger a la sociedad)…

Estos hechos no reciben casi atención por parte de la sociedad, por lo que son ignorados por las personas encargadas de traer respuestas tanto individuales como colectivas.