Voluntariado con Dynamo International

En septiembre de 2022, comenzó para mí una nueva aventura en Dynamo International en el marco de un Servicio Cívico gracias a ADICE.

Con sede en Bruselas y una sucursal en Namur, esta ONG se dedica a acompañar a lxs jóvenes a través de tres ejes de trabajo: la movilidad juvenil, la red internacional de trabajadorxs sociales de calle y la cooperación al desarrollo. Por mi parte, trabajé principalmente en el departamento de cooperación. Como ayudante de gestión de proyectos, pude informarme sobre los programas de cooperación que Dynamo coordina con socios en Benín, Senegal y la República Democrática del Congo. El objetivo de estos programas es mejorar las condiciones de vida de las niñas y los niños callejerxs acompañándolxs hacia una vida independiente, con programa de capacitación e inclusión profesional y luchando contra la discriminación que sufren en la sociedad.

Tras descubrir las herramientas propias del ámbito de la cooperación belga, las problemáticas vinculadas a los países africanos y, sobre todo, un gran equipo, tuve la suerte de poder realizar una misión de 10 días en Kinshasa para el lanzamiento de un proyecto financiado por la Región de Bruselas-Capital en enero de 2023. En concreto, el objetivo de este proyecto es ayudar a lxs jóvenes que viven en la calle a ser independientes desde el punto de vista socioeconómico, enseñándoles técnicas de ganadería, horticultura y apicultura.

Viajar a la RDC me sacó de mi zona de confort y fue todo un reto, ya que nunca había estado en el África subsahariana. Una vez allí, por fin pude conocer a nuestros socios congoleños del Comité de Apoyo al Trabajo Social de Calle (CATSR – Comité d’Appui au Travail Social de Rue). Al estar en contacto diario con ellxs desde Bruselas, fue un verdadero placer poder hablarles, por fin, cara a cara y conocer mejor su trabajo.

Descubrir Kinshasa no sólo me conmovió, sino que también me dio una visión personal de lo que lxs niñxs de la calle y nuestrxs colegas congoleñxs tienen que enfrentar cada día. Sobre todo, gracias a esta misión comprendí la importancia de la cooperación al desarrollo y sus beneficios, pero también los límites de su intervención, porque huelga decir que los peligros del terreno son numerosos y a veces imprevisibles.

El voluntariado en Dynamo fue una experiencia muy enriquecedora, tanto en el plano profesional como en el humano, gracias a las maravillosas personas que conocí. Me gustaría dar las gracias en particular a Barbara, Annick y Marie, mis compañeras de trabajo en Dynamo, por confiar en mí y apoyarme durante todo mi tiempo como voluntaria. También quiero dar las gracias al equipo de Dynamo en Bruselas y Namur por su cálida acogida y su alegría de vivir.

Mazarine Merlevede